Aparece cuando dejamos a nuestro perro en casa y tiene que lidiar con la soledad.
Las principales manifestaciones de este trastorno consisten en ladridos y lloros repetitivos, destrozos del mobiliario del hogar y defecación y micción dentro de la propia casa. Todos estos síntomas aparecen durante el tiempo que nos encontramos fuera del hogar. Es una respuesta desmedida por parte de nuestra mascota ante la situación de encontrarse solo.
Suele aparecer en perros que están muy apegados a sus amos o en aquellos que se han acostumbrado a pasar mucho tiempo en compañía de las personas y de repente, por diferentes circunstancias no tienen acceso al contacto continuo de su dueño.
También suele presentarse en perros que han permanecido durante un periodo de tiempo en centros de acogida o han vivido algún acontecimiento traumático.
Para solucionar este problema os aconsejo las siguientes pautas:
Antes de salir de casa...
Pasear a nuestro perro justo antes de abandonar el hogar, puede ser buena idea para que se sienta menos estresado y cuando llegue a casa esté más cansado, menos nervioso y por tanto no esté a la expectativa de nuestros movimientos.
Ignorarlo unos 15-20 minutos antes de irnos definitivamente, para que se vaya acostumbrando a la sensación de no tener contacto directo con nosotros. No es aconsejable acariciarlo antes de irnos porque le va a generar más ansiedad y va a ser más duro para nosotros marcharnos.
Intentar disimular que vamos a dejarlo solo, evitando realizar el ritual que todos hacemos a la hora de irnos: coger llaves, ponerse el abrigo.. los perros saben percibir estos detalles e identifican cuales son las señales antes de marcharnos y comienzan a sentir ansiedad.
Una vez que ya te dispongas a salir, mantente firme y seguro, proyectando seguridad a tu perro y dejando a un lado los reproches y la culpabilidad. Los perros también son capaces de entender nuestro lenguaje no verbal y aprecian cuando estamos tranquilos o nerviosos y les afecta directamente.
Antes de marcharnos, podemos proporcionarle un juguete, huesos para morder o golosinas para que el momento de la separación lo viva como algo positivo y no como un castigo. Se trata que relacione esa situación de despedida con un refuerzo positivo que le ayude a gestionar la ansiedad.
Al llegar a casa...
Desatender la conducta de nuestro perro, evitar el contacto con él y no prestarle atención hasta que se calme pues, os recibirá con gran alegría y en un estado de nervios y agitación. Al comportarte así, estarás comunicando a tu perro que no pasa nada, que ha pasado poco tiempo y que no hace falta que se excite tanto por vuestro reencuentro. Si lo recibes con la misma alegría que él a ti, estarás reforzando su conducta, y cada despedida será igual de tormentosa.
No aplicar castigos por los destrozos y las malas conductas que hayan ocurrido en nuestra ausencia, como dije en otro post, los castigos demorados son poco efectivos y posiblemente el perro no entenderá el porqué de nuestra recriminación.
¿Qué hacer para que nuestro perro sea más independiente?
Tomar nosotros la iniciativa a la hora de interactuar con nuestro perro, es decir que seamos nosotros los que iniciemos el contacto con él, para jugar, acariciarlo... ignorarlo cuando él quiera buscar relacionarse con nosotros( ya lo sé, es muy difícil), ya que de esta manera tendrá que aprender a ser más independiente que es el objetivo que perseguimos.
Reconocer las señales que le provocan excitación y angustia cuando nos marchamos (ruido de las llaves, cambiar de calzado...) y mostrarle todas estas señales a lo largo del día: coger las llaves sin salir por la puerta, cambiarnos de ropa... pero sin ir acompañadas de nuestra salida, para que no las asocie únicamente a esto.
Enseñar al perro que se quede sentado y acostado lejos de nosotros cuando estamos en casa y premiarlo por ello, que aprenda a tener su propio espacio aunque nosotros estemos con ellos dentro del hogar. En el caso que se acomode a nuestro lado debemos ignorarlo para no reforzar este comportamiento.
Podemos probar a dejar a nuestra mascota sola paulatinamente, es decir, dejarla sola unos diez minutos un día, luego quince minutos y así sucesivamente para que se vaya acostumbrando y compruebe que: siempre regresamos y no pasa nada.
Por suerte, este trastorno, suele desaparecer con el tiempo, a medida que nuestro cachorro se convierte en adulto y con un poco de paciencia. ¡No tiréis la toalla!
¡Un saludo a todos y gracias por leerme!
Jesús
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